martes, 1 de diciembre de 2009

De la indolencia.......... AZUL

He traido un boligrafo y ha aparecido otro, por arte de magia; tal vez, sea un eco de mi inconsciencia en lo que hago.

Cierta desgana, algun grado de indolencia, una poca brisa del mar que acaricia los cuerpos desnudos en la playa de arena fina y blanca; la brisa corre y trepa por los escarpados acantilados, entre las suaves verdes colinas, deslizandose entre los lirios, las anemonas y los primeros brotes de los primeros arboles frutales; ascendiendo ese suave aroma a mar, a algas, a alhelies y a hierba fresca, hasta el horizonte y mas alla, hasta llegar al cielo azul, moteado de blancas nubes algodonosas, rapidas y deshilachadas; y mas y mas alto, hasta lo alto de las torres, los rascacielos, los rayos del sol, hasta perderse en el infinito vacio, esa region donde el blanco, el azul y el negro se juntan para acordar entre ellos una difusa y visual linea divisoria que engulle la luz y la sombra, el viento y la calma, el perfume y el hedor, la virtud y el vicio, todo y nada, nada y todo en un baile de mascaras, de rituales con pasos, muecas y gestos articulados en torno a un gran director de fiestas, que con su habilidad y su dulzura anima a los danzantes a emparejarse entre minuetos y valses.

Tras el baile y la mascara, otra vez el desnudo, el cuerpo, solo el cuerpo, nuestros cuerpos, y nuestras caras, mirandonos, observando, el gozo, la verguenza, el alborozo de sentir la brisa marina entre los poros de la piel, abandonados en la hierba, como estatuas de Pascua, anclados en una tierra y unidos al cielo a traves de ese viento, de ese mar; soltar los brazos al espacio y saludar la desnudez.

Solo el cuerpo, expuesto, sin atributos, hombre, mujer, solos, en abrazo, cogidos de la mano, apareandose, en la distancia, al sol, sin verguenza, mirandose, con pudor, rodeando los cuerpos en un abrazo infinito.

La brisa se intercala, separa, acaricia, acopla y envuelve; como una cinta sutil va tejiendo alrededor de esos cuerpos un velo invisible que les protege del frio y del calor.Echarse en el prado sobre la hierba fresca, rodar los cuerpos apartados, unos junto a otros, se acarician, juntos, juegan, se tocan, se besan los cuerpos, se aman, los bellos cuerpos, hombres, mujeres, todos, juntos, multiple color en la piel, solos; y la brisa sigue su curso, cambiando los dias por las noches, dejando oculto al sol; se oye el canto del cuco, la chicharra ha parado, el grillo comienza a cantar, la lechuza y el buho entre los arboles aguzan la vista y gritan, y pasan los cuerpos dejando atras, el prado, el mar, la brisa, el amor y los bailes; los cuerpos, solos, caminan guiados por la Luna, por Altair, por Orion, por Casiopea y entre los arboles del bosque se han despedido, han bifurcado sus pasos hasta perderse en el horizonte; figuras de miniatura en la oscuridad de la noche, inmensa.

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