jueves, 6 de enero de 2011

2011

Sentado frente a la chimenea,
veo un leño arder,
le doy con el atizador,
saltan chispas,
ascuas,
figuras geometricas,
piedras de cuarzo rosa incasdencente.
La mirada fija,
perdida
en lo magnético del fuego,
extasiado,
transportado
desde el fuego del centro de la tierra
hasta la mas leve particula del eter.
En no se lugar,
me encuentro desnudo
bañado por olas de un mar de nubes,
caigo lento y continuamente,
hasta ver mi cuerpo
sumergido,
inerte,
muerto en el azul mar,
profundo.
Una infinita soledad sonora me invade,
un dulce canto acaricia mis oidos,
miles de particulas flotamos en paz.

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